Un tribunal de Ussuriysk condenó a Vitaliy Ilinykh, de 47 años, a dos años y medio de libertad condicional por creer en Jehová Dios

El 15 de abril de 2022, Anna Zakharova, jueza del Tribunal de Distrito de Ussuriysk del Territorio de Primorie, declaró a Vitaliy Ilinykh culpable de participar en las actividades de una organización extremista y lo condenó a 2,5 años de condena condicional por creencias religiosas (texto actualizado, informado anteriormente sobre una sentencia suspendida de 2 años).

Dirigiéndose al tribunal con la última palabra, el creyente señaló: "Durante la investigación, a menudo me insinuaron e incluso me dijeron directamente que cambiara de religión. Pero fue mi religión la que me hizo ser quien soy hoy. Gracias a los testigos de Jehová, he dejado de fumar, de beber, de usar drogas, de decir palabrotas, de faltarle el respeto a la gente, y la lista continúa. ¿Y ahora tengo que cambiar de religión? Esto significaría traicionar a Jehová Dios, en quien creo y que me mostró el sentido de la vida".

El primer registro en la casa de Ilinykh y su esposa tuvo lugar en febrero de 2019, como parte de un caso penal contra su madre. En septiembre de 2019, el investigador E. S. Marvanyuk abrió una causa penal contra el creyente, acusándolo de organizar las actividades de una organización extremista, y posteriormente atenuó la acusación a la participación en actividades extremistas (parte 2 del artículo 282.2 del Código Penal de la Federación de Rusia). Su casa fue registrada de nuevo en octubre de 2019. Ese mismo día, Ilinykh fue detenido. Después de 3 días en el centro de detención temporal, el tribunal liberó al creyente de la custodia y el investigador Marvanyuk lo puso bajo acuerdo de reconocimiento.

Después de 13 meses de investigación, en noviembre de 2020, el caso se presentó a la jueza Tatyana Pavlenko para su consideración en el Tribunal de Distrito de Ussuriyskiy del Territorio de Primorie. En marzo de 2021, el caso Ilinykh fue transferido a otra jueza, Anna Zakharova. La acusación se basó en el testimonio de una testigo secreta, una mujer anti-testigo de Jehová que asistió a los servicios religiosos para recopilar información. Al mismo tiempo, durante el interrogatorio ante el tribunal, admitió que nunca había escuchado amenazas de ellos contra ella, llamamientos a la violencia, al genocidio o al derrocamiento del poder del Estado. Aunque no hay una sola víctima en el caso, el fiscal pidió al tribunal que condenara al creyente a 4 años de condena suspendida.

Vitaliy Ilinykh cuidó de su madre, Olga Opaleva, durante algún tiempo, que también se enfrentó a un proceso penal por su fe. Durante la investigación, la anciana sufrió un infarto y un derrame cerebral. Debido a las restricciones impuestas por la corte, Vitaliy no pudo cuidarla por completo.

El veredicto no ha entrado en vigor. El creyente insiste en su completa inocencia y puede apelar el veredicto.

El 3 de febrero de 2022, el Tribunal de Distrito de Ussuriyskiy condenó a otro creyente, Sergey Melnikov, acusado en virtud del mismo artículo, a 3 años de condena condicional.

Al igual que en otros casos contra creyentes, la esencia de la acusación es que la expresión legal pacífica de la fe se equipara con la actividad extremista. Al mismo tiempo, en las audiencias judiciales sólo se da testimonio de ciudadanos que pertenecen a la religión de los testigos de Jehová, y no de incitación al odio religioso por parte de ellos.

Los activistas de derechos humanos y los políticos rusos y extranjeros prestan atención a esta colisión legal. Así, el 8 de noviembre de 2021, el comité público "Libertad de conciencia" declaró: "La decisión del Pleno del Tribunal Supremo de Rusia debe aplicarse en la práctica judicial. El Estado debe admitir su error, y los organismos encargados de hacer cumplir la ley y los tribunales deben poner fin a la represión contra los testigos de Jehová. El Estado debería pedir perdón a los creyentes... La verdad de la fe, la exactitud de la traducción e interpretación de la Biblia, así como el arraigo de la confesión en la tradición doméstica, todo esto no debería interesar al Estado, que debe observar la neutralidad en materia de religión. La definición de extremismo en la ley debe establecerse de tal manera que solo bajo las acciones que representan un peligro público real, la violencia, la propaganda de la violencia, los llamamientos a la violencia caigan bajo ella".