Otra condena de un testigo de Jehová en la región de Ivanovo. Andréi Okhapkin pagará 540.000 rublos por la práctica pacífica de su fe

Un año y medio de audiencias en el caso de Andrey Okhapkin en el Tribunal de la Ciudad de Kineshma terminaron con un veredicto de culpabilidad. El 13 de agosto de 2024, el creyente fue multado por organizar actividades extremistas, con lo que la investigación significaba hablar de la Biblia, interpretar canciones religiosas y rezar.

El creyente no admite su culpa. En su último alegato, afirmó: "No necesito recurrir a acciones ilegales para practicar mi religión. Ni ella ni las formas en que se practica están prohibidas por la ley rusa o los tribunales". Andrey continuó: "Dios mío... exige a sus adoradores que muestren amor, misericordia, paz, bondad, respeto por todas las personas, independientemente de su nacionalidad, religión y estatus social. Además, mi Dios exige respeto a la autoridad. ¡¿De qué tipo de extremismo podemos hablar?! "

En noviembre de 2021, el investigador principal del FSB, R. A. Drozdov, abrió una causa penal contra Andrey Okhapkin. Unos días más tarde, los oficiales bajo el liderazgo de Drozdov registraron la casa del creyente. Okhapkin fue enviado a un centro de detención preventiva durante tres meses, luego estuvo bajo arresto domiciliario durante cinco meses.

Después de su arresto, Andrey, un profesor universitario de física, perdió su trabajo: su familia perdió su principal fuente de ingresos. En vísperas de su detención, padeció la COVID-19 de forma grave y no tuvo tiempo de recuperarse por completo. Andrey pasó las primeras tres semanas en el centro de detención preventiva en una celda de castigo. En la celda a la que fue trasladado más tarde, las luces estaban encendidas día y noche. Al principio, no se le permitía ver a su esposa e hija, pero podía escribirles cartas. Durante su estancia en el centro de detención preventiva, recibió más de 400 cartas de apoyo de amigos y familiares.

El caso de Okhapkin llegó a los tribunales en diciembre de 2022. Las audiencias duraron un año y medio. La acusación se basó en el testimonio de la experta Belova, quien anteriormente en una entrevista en video expresó su disgusto por la religión de los testigos de Jehová. En el dictamen pericial, el especialista atribuyó al creyente frases que no pronunció. Además, en el juicio resultó que el protocolo del interrogatorio de uno de los testigos contenía testimonios que él no dio.

En total, 13 testigos de Jehová fueron procesados por sus creencias en la región de Ivanovo. La mayoría de ellos ya han sido condenados.